martes, 18 de noviembre de 2008

Lenguaje Corporal: Postura I

La pose del cuerpo, aunque la podamos creer invariante, varía mucho de una situación a otra. Sin embargo, lo que para uno es una pose erguida para otro puede ser su postura habitual, por lo que cuando hablamos de una postura u otra nos referimos a ella según su variación respecto a la postura usual para dicha persona.


Inclusividad o no inclusividad

La orientación de nuestro cuerpo indica el grado de interés que sentimos hacia la otra persona. Si nuestro cuerpo es paralelo a la otra persona y nuestros pies le señalan siginificará que estamos otorgándole toda nuestra atención e intimidad. En caso contrario no estaríamos poniendo todo nuestro interés o estaríamos invitando a otras personas a que se unan a la conversación.

Si lo que pretendemos es crear distancia respecto a nuestros interlocutores cruzamos los brazos o las piernas (cuando el otro está en frente) para interponerlos en el espacio con ellos, realizando un claro gesto de defensa para aumentar la sensación de distancia.

En otras ocasiones lo que pretendemos es precisamente lo contrario: congeniar más con nuestro interlocutor y persuadir al resto de romper este momento de intimidad. Para ello también hacemos uso de brazos y piernas, pero de distinta forma. Con este fin podemos poner un pie sobre la mesa o alargar los brazos para impedir el paso a extraños.

Cuando cruzamos las piernas teniendo al interlocutor en frente estaremos utilizando, como hemos visto, un mecanismo de defensa. Sin embargo, si tenemos interlocutores a ambos lados y cruzamos las piernas estaremos creando una sensación de intimidad hacia el que señalemos con el pie levantado y un efecto de distancia con el del otro lado.

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