miércoles, 17 de junio de 2009

El sentido de mi vida

Tenía pensado publicar alguna otra entrada antes, pero como ayer traté el tema con los dos únicos lectores del blog (si hay alguien más ahí, que se manifieste, jeje) creo que es oportuno sacar el tema a la palestra.

Es curioso, nos autodenominamos "animales racionales" y luego no ponemos en práctica nuestra capacidad de raciocinio. Podemos vivir cerca de 100 años (que se dice pronto) sin llegar a preguntarnos por qué hacemos las cosas, qué buscamos, qué perseguimos. Existe un cierto temor generalizado a plantearnos seriamente la pregunta de marras: "¿cuál es el sentido de la vida?". Puede que sea debido a las respuestas que podamos obtener (o al miedo a no obtener respuestas), que es posible que nos hagan tener que dar un giro radical a nuestra vida o por el miedo a no ser capaz de cumplirlas, por lo que nuestro conformismo actúa de forma represora. Otras veces se debe a que simplemente, no se nos ha ocurrido planteárnoslo.

Sin embargo, aunque nos planteásemos la dichosa cuestión, no obtendríamos las respuestas deseadas si no realizamos la pregunta adecuada. Ésta debería ser "¿cuál es el sentido de mi vida?"

Después de muchos años simplemente tirando pa'lante sin plantearme nada, he llegado a un punto en el que me siento bastante asqueado con el trabajo y hacia donde está yendo mi vida. Nunca dejará de sorprenderme mi capacidad de aprender de los malos momentos (y lo que me cuesta aprender en los momentos 'neutros', ni buenos ni malos). Todo ello ha provocado que me pregunte la eterna cuestión y empiece a vislumbrar las primeras repuestas, siendo éstos los principales pilares:

- Felicidad: El ser humano es egoísta por naturaleza, pues busca ante todo su propio bien, aunque depende de cada uno si éste es conseguido ayudando a los demás o pasándoles por encima. Este asunto (creo) que no se puede perseguir como tal, sino que será la consecuencia última de cumplir los demás puntos.
Igual que pasa con la amistad o el amor, se puede hacer por buscarla o cuidarla una vez encontrada, pero no se puede forzar. Sin embargo, nosotros podemos procurar que las condiciones sean las idóneas para que surja: difícilmente brotará una flor rodeada de malas hierbas.

- Libertad: ¿Hasta que punto somos libres? Estamos sometidos a miles de reglas y deberes "por nuestro bien". Nuestros padres tienen unos planes para nosotros y sentimos una presión social para hacer "lo que debemos hacer".
El primer paso hacia la libertad es ser conscientes de nuestras cadenas, así como dejar de verlas como algo inamovible. Hasta que no seamos capaces de abandonar ese conformismo y hacer algo por cambiarlo más que meras palabras, no empezaremos a coger las riendas de nuestra vida.

- Sabiduría: No sólo se trata de la búsqueda del conocimiento, sino del razonamiento del mismo. No se trata de acumular datos sin ton ni son, sino de intentar ampliar la capacidad mental mediante la reflexión, en un plano más filosófico.
Mi objetivo es poder alimentar la mente para que ésta dé de sí todo lo posible y no se sienta limitada. No creer que mi formación ya ha terminado sino que ésta nunca se detiene y hacer por continuarla.

- Utilidad: Ante todo, el ser humano es un ser social. La gran mayoría de la gente tiene la necesidad de sentirse realizados viendo que sus actos tienen un efecto, pensar que el mundo sería distinto si no fuera por ellos. Hay quien palia este sentimiento volcándose en su trabajo, hay quien pinta tags en las paredes, hay quien directamente se cree superior al resto, hay quien cree que el mundo se desmoronaría si no fuera por ellos, ...
Sin embargo, mi intención es lograr paliar esta necesidad sintiendo que mi vida tiene una utilidad (real) y de ayuda a los demás. A veces no hacen falta grandes logros, puede ser suficiente con ayudar a algún amigo que lo necesite. Pero aparte de pequeños actos, me gustaría que mi vida profesional también estuviera enfocada en ese ámbito, aunque es complicado.

¿Qué hacer para encaminar nuestra vida hacia estos objetivos? Es complicado obtener unas respuestas concretas, pero éstas irán apareciendo según vayamos siendo fieles a nuestros objetivos. Por ahora, las posibles soluciones que abordo son: dejar el trabajo (a pesar de la manida "crisis"), tomarme unos días de retiro, volver a estudiar, aprender/practicar Filosofía, enfocar mi vida laboral hacia la educación, ...
Siento cierto temor porque me dirijo hacia caminos desconocidos, pero saco el valor necesario para afrontarlo de saber que cuando algo no me gustaba he sido capaz de hacer por cambiarlo.
Nadie dijo que iba a ser fácil.

3 comentarios:

compatiblePlavi dijo...

"No se es libre mientras se desea, se quiere, se teme, tal vez no sea uno libre mientras vive" (Zenón, Opus nigrum, Marguerite Yourcenar)

Anónimo dijo...

Bueno, bueno! Hacía mucho que no me dejaba caer por aquí y, en efecto, los rumores eran ciertos...

Sabes que me gusta recomendarte libros, pues éste creo que te gustará y te hará reflexionar: "El extranjero", de Albert Camus. Tengo uno por casa, si quieres, te lo dejo.

Me gusta mucho la sinceridad con la que escribes.

El otro día leí una frase, pero no recuerdo dónde. Quizá en el metro o en alguna pared o un anuncio. Ni idea. Ponía lo siguiente: Rise above your fears.

Está bien, no?

Zascandil dijo...

¡Re-bienvenido!

Tráemelo este finde si puedes, que tengo ganas de leer algo de Albert Camus.

Me gusta la frase, sí señor.